Llegó a Costa Rica en 1985 y sus personajes han dejado huella en cientos de generaciones que crecieron disfrutando de sus espectáculos. Aunque no es el protagonista principal, el argentino Fernando Thiel le da vida a un sin número de títeres. Sí, ya perdió la cuenta de cuántos ha hecho.
Desde los 7 años, en su natal Argentina, Thiel encontró su pasión por este arte como una herencia familiar. Su papá era un abogado que los fines de semana cambiaba los papeles por las marionetas, su mamá era una amante de la danza y su bisabuelo cuentacuentos.
“La tecnología es muy buena pero nos mata la creatividad”
Sin embargo, fue en nuestro país cuando Thiel se apoderó del escenario y ha sido uno de los mayores propulsores del arte a nivel local. Datos del Sistema de Información Cultural de Costa Rica contabilizan más de 4 mil presentaciones a cargo de este argentino con estudios en psicología.
“Comencé jugando y sigo jugando. Los niños nos llenan de vida”, expresa el artista que no sabe manejar y siempre anda a pie. En las calles, el titiritero recibe muchas muestras de cariños y siempre es reconocido por sus 110 programas de televisión. Sin embargo, no es seguidor de la fama y cree que las personas deben ser las mismas, sin importar si están o no frente a las cámaras.
En Costa Rica, conoció a su esposa Carolina Pizarro, con quien lleva 26 años de casados y tienen dos hijas. Ella, una arquitecta chilena se convirtió en la mano derecha de Thiel y juntos se han dedicado a realizar teatro para niños, jóvenes y adultos.
«La tecnología nos da beneficios, pero nos aísla y nosotros seguimos siendo humanos»
Personajes como Dragón, Don Tristón, Doña Cándida son parte de la lista de títeres, pero para Thiel, Fortunato es su favorito.
“Los niños son muy sinceros, si no les gusta te lo dicen y eso a veces duele”, explicó Thiel quien además es profesor colegial y psicólogo de profesión. Incluso afirma que muchos de sus personajes son inspirados en los casos que atiende.
Carolina Pizarro se enamoró de los títeres gracias a Fernando y vive agradecida con los seguidores de su esposo. De hecho, afirma que nunca olvidará cuando cientos de niños le dieron regalos a Thiel, en Argentina, cuando estaban recién casados y el titiritero hacia el papel de Juansilencio.
Esta pareja que dirige el Grupo Tico-títeres, es consciente de que la tecnología ha logrado captar la atención de los menores y ese es el principal reto, pero confían en que el teatro es una alternativa ante la saturación de información.
Por costumbre siempre se despiden personalmente de cada espectador, pues buscan involucrar al público en todas sus obras. Así es Fernando, un hombre que afirma que la tecnología es muy buena, pero nos mata la creatividad. Un hombre que está seguro en que la tecnología nos da beneficios, pero nos aísla y «nosotros seguimos siendo humanos”
Una de sus obras que buscan sensibilizar a los miembros de las ciudades y que tiene objetivo ser mejor persona y convivir mejor entre todos es “Una comunidad para todos” que está disponible en el canal de youtube del artista.
Johel Solano Castillo
Entrevista Realizada en el 2013. Fotografías de Pamela Jiménez.