Todo cambió en cuestión de segundos. William Gayle levantaba sus manos, reía y disfrutaba. Sentía esa adrenalina inexplicable que aparecía  en cada una de las carreras en las que participaba como copiloto. El Honda Civic que conducía su primo dejaba atrás al Hyundai celeste que los retó en un semáforo, sobre una de las principales carreteras de Cartago.

Justo en el momento en el que celebraban con música reggae,  apareció un “pick up” en contra vía. Su primo José, nunca lo imaginó. Fue ahí cuando perdieron el control. El vehículo de carga desapareció como por arte de magia y el Honda Civic derribó un poste que dejaba a oscuras a la ciudad de Cartago.

Detrás de una sonrisa enorme, William Gayle esconderá sus nervios. En menos de una semana, el 7 de febrero del 2015, se unirá en matrimonio con Daniela Galo. Una excompañera que tuvo en el Liceo Vicente Lachnner allá por el año 2004 y sumarán dos años “jalando”. Al lado de su mamá Flor Barrantes, analizarán el color de las cortinas que adornarán la casa de los Gayle Galo. Elegirán un café claro.

Iban a ser las 9 p.m. de aquel  22 de marzo del 2006, cuando sucedió el accidente. Ese sábado William, de tan solo 15 años, no quería ir a trabajar pero el deber de colaborar estaba en su conciencia día y noche. Para esta fecha, quien era su novia ya tenía 7 meses de embarazo. Luego el olfato de madre le pediría que no saliera esa noche con sus amigos, pero…

En Cartago viven medio millón de habitantes. La autopista Florencio del Castillo es la principal vía para comunicarse con la capital costarricense. Pero esta ruta en los últimos años se ha convertido en un autódromo clandestino y un dolor de cabeza para las autoridades. El calendario de competencias es de conocimiento popular y todos los sábados después de las 10:00 p.m. un desfile de autos modificados abarrota el sector de la Lima.

También compiten los lunes. De vez en cuando una patrulla se parquea en medio de los carrilles más utilizados por los picones. Pero es como si los oficiales fueran una gallina rodeada de lobos. Todos los oficiales temen desde que en el 2013 un grupo de picones la emprendieron contra uno de ellos.

Para William los piques no eran nuevos. En su currículum acumulaba dos años de experiencia como copiloto de competencias clandestinas. También sumó algunas carreras en la Guácima, pero por cercanía iba a las carreras ilegales en la Lima y Orosi.  En Costa Rica estos eventos nocturnos cuentan con múltiples escenarios como Pavas, La Sabana y Circunvalación.

Tan solo en el primer semestre del 2014, las autoridades del tránsito decomisaron 256 vehículos y multó a más de 1500 conductores. De igual manera el código penal costarricense castiga con 1 a 3 años a quienes participen en estas competencias, pero pareciera que a nadie le interesa.

Gayle ya estaba acostumbrado a huir de la policía. Pero esa noche tan solo pudo  escapar de la muerte. En su mente, muchas veces ha recordado esa película en cámara lenta, cuando el Honda Civic rayó al contrincante, disfrutar  del dulce sabor de la victoria  y en cuestión de  tres o quizá cinco segundos, limitarse a tapar su rostro.

Vestía una camiseta verde, un pantalón jeans y estrenaba unas Hi-tec que nunca más volvería a utilizar. Gayle quedó prensado. Su primo quedó ileso. Y aún no puede olvidar aquellas voces que repetían constantemente: “Barrantes se murió”, “Barrantes se murió”.

En su cuarto, Gayle tendrá dos pósters de camiones, otro de Bob Marley y otro del Sagrado corazón de Jesús. Durante el accidente, mientras estaba atorado entre el vehículo y el poste, una sábana blanca fue arrojada sobre su cuerpo. Su cara se llenó de vidrios y escuchaba las voces que lo daban por muerto.

Pero él asegura que antes de morir clamó a Dios para que lo salvara y quedó dormido. Gayle recuerda que se vio fuera de su cuerpo en el accidente, vio las ambulancias, los bomberos y de repente una mano blanca que le decía que todo iba a estar bien.

Los preparativos para la boda estáran completamente listos. William se casará vestido de negro, con una camisa blanca y una corbata color turquesa, como el vestido que portará su futura esposa. Estará un poco nervioso. Y aunque se enoje su mamá, él utilizará unos “dreads” en su cabello. En cuestión de segundos su vida cambiará y arrancará una nueva etapa al lado de Daniela, la mujer que nunca le puso obstáculos a su relación.

Gayle fue atendido en el Hospital Máx Peralta y luego en el Calderón Guardia. Tras un coma de tres días, los médicos le dieron el diagnóstico: se quebró una cervical y tenía dos más fracturadas. Nunca más volvería a caminar.

A los piques generalmente llegan casi 100 personas por evento. Cualquiera puede estar presente y entre los pilotos destacan un par de mujeres. Sin embargo, ahora son las competencias en motocicletas las que siguen tomando fuerza. Entre los adeptos de esta actividad se encuentran personas profesionales, con trabajos estables que sueñan con tener más pistas dedicadas a los piques. Les molesta que se metan con su “deporte”.

Este 7 de febrero se casará en la Iglesia de San Esteban de Cartago con Daniela, la muchacha que no pondrá obstáculos. William alquilará una casa y buscará la manera de conseguir un empleo.  Por el momento venderá pan, verduras, de todo. A pesar de todo, logrará el bachillerato, y sacará un técnico en computación del INA y por cuatro años le rechazarán una pensión por invalidez.

En medio de los preparativos volverá a correr. Aunque casi no tiene movilidad en sus dedos podrá conducir hasta seis velocidades. Una silla de ruedas eléctrica representará su independencia. Se la regaló un sacerdote hace un par de años y será su fiel compañera. Cada día levantará su mirada, sus ojos cafés,  llenos de ilusión y acelerará con su mano derecha. Por la irregularidad de las aceras y la poca accesibilidad de las rampas tendrá un par de caídas constantes, pero seguirá escuchando la música del inolvidable Bob Marley.

Hoy William se encuentra felizmente casado. Sonríe y vive en paz, sabe que nada fue obstáculo para que se casara con Daniela. William decidió nunca más volver a picar.

Johel Solano Castillo

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